miércoles, 10 de junio de 2009

MEDIOS DE COMUNICACIÓN


En una democracia maniatada es importante contar con medios de comunicación que se sometan bajo el mando autoritario y gubernamental a cambio de dinero, para crear espacios con ambientes populistas, formadores de una falsa conciencia, una falsa libertad e incubadores de la ignorancia y el sosiego colectivo con el único fin de pasivizar conductas y cegarlas de lo que ese escaño vilmente burocrático desarrolla tan suspicazmente: la corrupción, el despotismo, el nepotismo y el partidarismo.
Los medios de prensa en la actualidad y bajo el control de los grupos de poder instalan un icono del término democracia (gobierno del pueblo) en la mente de cada individuo. Se pueden constatar que los medios de prensa son pantallas de un circo en donde yacen domadores (los políticos) y domados (el mismo pueblo). Y no es ninguno pecado constatarlo, pues día a día estos medios rivalizan con cada protesta o cada movimiento social en contra de este sistema pero con la vil intención de apartarlo de la crítica real anexando sobre ella simples cortinas de humo, impenetrables para la desinformada opinión pública.
Muchas veces estos medios con sus mentiras nos enseñan a ser enemigos de los oprimidos y a encariñarnos con los opresores.
Bajo este tema, Abraham Guille – Técnicas de la Desinformación; se refirió: “gracias al monopolio de los medios de comunicación, un estado totalitario hace la política, la cultura, el arte; manipula las relaciones humanas y los movimientos populares en el sentido deseado por los gobiernos; la empresa depende de estos monopolios, da una apariencia de libertad, pero informa todo menos del poder oligárquico que las financia subrepticiamente”.
La democracia en el Perú se baba en una política hipócrita, leal al momento de las urnas y totalitaria al momento de tomar decisiones; pues todas son en mansalva de una minoría opresora en nombre del desarrollo.
Acaudalados desde luego, tratan de hacer creer mediante discursos demagógicos y breves acercamientos con el pueblo, su simpatía que no es sino el interés acérrimo por el poder; lo es aún mas en tiempos electorales en donde no se cansan de regalar sonrisas, compartir en viviendas humildes, bailar huanitos y demás sandeces. En donde arman su “equipazo” con empresarios de toda índole y de la misma calaña, la neoliberalizante casta que prepara el plan o estrategia que usarán para sus propias fines y beneficios tan luego obtengan la victoria.
Es fácil relucirlo todo, el estado y sus representantes predican patriotismo, honestidad en búsqueda del bien de la nación y para cubrir sus engaños cuentan con compinches que comprenden desde lo espiritual como la religión hasta lo denigrante como el ejercicio de la fuerza: fascismo presente en ejércitos y policías.
La democracia de “ellos” será bien vista por los medios de comunicación de los cuales son “accionistas”; por las encuestadores que ellos “contratan”, por los países desarrollados para los cuales “trabajan” y aplaudido desde el altar mas alto de la iglesia a la que ellos “financian” con sus diezmo en forma de impuestos y predios.

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