miércoles, 10 de junio de 2009

CONSUMISMO


Esta palabra que durante años ha identificado a generaciones con la intención de perseguir tendencias, modas y costumbres, esconde algo más que el “ser común”; es también el despotricamiento de la persona haciéndola perder su esencia como individuo y su identidad como ser humano mismo deteriorándolo hasta convertirlo en un humanoide más de este terrenal “Matriz”.
Desde la ingenuidad como querer ceder a todo lo que la sociedad nos ofrece, todo modismo “bien intencionado”, todo mecanismo que rige nuestras mentes y nos manda a una rutina bien vista y conforme para las exigencias actuales. 
Nos ha invadido sin lugar a duda y es que la corriente del consumir no solo trata temas como vestir, sino también como el poseer, tratar, alimentarse o en ámbitos como el musical.
El significado de moda trata de asociarnos a las tendencias de un conjunto de mentes que deciden y piensan por nosotros que adquirir o que usar con respecto a vestimenta o accesorios; esta enfermedad psico-social se origina en una escena curiosa mediante emisores o personajes admirablemente estéticos que resultan ser los impulsadores del producto pues son pantallas mas que suficientes para mermar la débil personalidad del individuo; las tendencias desvarían de acuerdo al interés del mercado, en tanto, existe concordancia entre el que produce con el que las consume; primero, los medios deben hacer creer al individuo que necesita de esas modas y que le son indispensables para mantener una conexión con el exterior “fashion” sino correrá el riesgo de adquirir el síndrome de la “impopularidad”.
Este es un proceso importantísimo, lo es el de adquirir o usurpar influencias en las mentes e imponerles “algo” en sus conciencias que talvez el individuo mismo reproche pero que cumple de una u otra manera, directa o indirectamente a cabalidad.
 
Existen muchos temas mas que forman parte del rubro del imperio del consumo. En el transcurrir de nuestras vidas somos testigos y por qué no? Objetos de un boom musical. Proviene de disqueras que bajo el sacrosanto negocio de la música hipotecan desde gustos, ritmos y estilos. La tarea se desarrolla cuando una disquera recopila y distribuye discos con precios ajustados a sus exigencias no sin antes tener una imagen precedida: desde sex symbols musicales para los adultos hasta chicos hermosos con apariencias y peinados “cool” a quienes sitúan como el co-producto y que son objetos de adoración; refiriéndose a su estética, los receptores son incautos ciudadanos que bregan por obtener un producto de esos ya que si no obedecen a la propaganda corren el riesgo de desligitimizarse frente a la sociedad.
Es un círculo vicioso en donde la música genera millones de ingresos, es decir; la pasión con la que dicen contar los cantantes tiene un precio y es enorme; y sus modas son vistas a paciencia por nuestros ojos y escuchadas bajo pretextos por nuestros oídos. No es necesario sentirla, tan solo que el resto del mundo se dé cuenta que estás a la moda! Y que ellos deberían apresurarse a estarlo también.
 
El consumo de alimentos es una vuelta más a la tuerca , empresas que proveen alimentos identificados con carnes en donde la vida de un animal tiene precio, participantes de la degradación ecológica y el maltrato animal; empresas que responden a grupos elitistas y que nos invaden con precios estrafalarios o en algunos casos, cómodos a nuestros bolsillos. Pero hay algo innegable, es toda una aventura consumirles, porque solo “dios” sabe si lo que haz ingerido fue la mejor chuleta de ternero o el trasero de la rata mas nauseabunda. Si tienes dudas, pregúntale a tu payaso favorito.
 
Ahora converge decir que todo esto del consumismo mas que una enfermedad psicosocial, es una doctrina patética que lucra con la conciencia fanática o en otros casos estrecha. De hecho, el consumismo es siempre lo común a un círculo de hombres aunque sea muy grande, éste siempre condiciona y limita sociológica y culturalmente; está ahí como el mundo de los usos, de las convenciones, se manifiesta como masa.
Entregarse a eso universalmente humano significa hacer lo que hacen todos y renunciar a los que es específico de uno mismo. Nos sumergimos en la masa consumista con el sentimiento de que “todos nosotros” nos sentimos llevados y seguros en esta ola en la que desaparecemos como individuos

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